Publicado por RADIO LA VOZ DEL ÁNGEL el 28 de Diciembre del 2020
El término ICTUS viene a sustituir a todos aquellos términos que han hecho historia en nuestro acervo cultural para referirse a la brusca obstrucción de un vaso sanguíneo cerebral (trombosis, embolia), a su rotura (derrame) o a ambas (apoplejía).
Según que el origen del problema sea la obstrucción de una arteria cerebral o su rotura hablaremos de ictus isquémico (infarto cerebral) o ictus hemorrágico (hemorragia cerebral). Esta patología representa la segunda causa de muerte en nuestro medio (la primera en la mujer), una de las principales causas de discapacidad permanente en el adulto y la segunda causa de demencia tras la enfermedad de Alzheimer.
¿Qué es un Ictus?
El término ICTUS viene a sustituir a todos aquellos términos que han hecho historia en nuestro acervo cultural para referirse a la brusca obstrucción de un vaso sanguíneo cerebral (trombosis, embolia), a su rotura (derrame) o a ambas (apoplejía). Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) se aboga para que este vocablo sea el único a la hora de referirse a cualquier tipo de patología cerebrovascular aguda. Según que el origen del problema sea la obstrucción de una arteria cerebral o su rotura hablaremos de ictus isquémico (infarto cerebral) o ictus hemorrágico (hemorragia cerebral). Esta patología representa la segunda causa de muerte en nuestro medio (la primera en la mujer), una de las principales causas de discapacidad permanente en el adulto y la segunda causa de demencia tras la enfermedad de Alzheimer. Traducido a cifras, afecta cada año a unos 120.000 – 130.000 españoles, de los cuales 80.000 fallecerán o quedarán con una discapacidad de por vida.
Síntomas de un Ictus
A diferencia de los síntomas de alarma de la patología miocárdica aguda (dolor en el pecho entre otros), fácilmente reconocibles por la población, no sucede lo mismo con los síntomas de alarma de ictus, desconocidos para una gran mayoría de ciudadanos población. Es por ello que tanto Sociedades Científicas como Asociaciones de Pacientes han diseñado campañas para intentar mejorar este aspecto. En ellas se han enfatizado aquellos síntomas (de los muchos por los que puede expresarse un ictus) más comunes, a saber:
Pérdida repentina de la fuerza en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
Alteración repentina en la sensibilidad (“acorchamiento”, hormigueo”) en cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
Pérdida súbita de la visión de uno o ambos ojos.
Dificultad repentina para hablar, expresarse o comprender el lenguaje.
Dolor de cabeza súbito, de alta intensidad y sin causa aparente
Sensación de inestabilidad o desequilibrio bruscos, en especial si se acompaña de algunos de los anteriores.
En cualquiera de estos supuestos, y aunque los síntomas hayan sido transitorios y pasajeros, es de vital importancia acudir al hospital sin demoras, puesto que algunos tratamientos (ver más adelante) sólo pueden llevarse a cabo en un corto periodo de tiempo tras el inicio de los síntomas, en concreto en las primeras 4,5 horas.
Tratamiento de un Ictus
Los objetivos terapéuticos ante el paciente con ictus pasan por preservar la vida de la persona que lo ha sufrido y por preservar la función de las estructuras cerebrales involucradas. En tanto los tratamientos disponibles deben ser administrados lo más pronto posible (como se ha referido, en las 4,5 primeras horas tras el inicio de los síntomas) es también obligado que el paciente que acaba de sufrir un ictus sea trasladado a un hospital lo antes posible. Una vez establecido el diagnóstico (historia clínica, exploración neurológica, estudios complementarios) las posibles opciones de tratamiento serán:
Fibrinolisis endovenosa. Consiste en la administración de un fármaco encaminado a “disolver” el trombo que ha causado el ictus. Lógicamente esta opción queda reservada para los ictus isquémicos.
Fibrinolisis intraarterial o abordaje endovascular (trombectomía). En casos seleccionados, bien por la naturaleza del propio ictus (trombo en origen de una gran arteria), por el tiempo transcurrido (más de 4,5 horas) o por otras circunstancias (el propio fracaso del tratamiento intravenoso), puede recurrirse a estos procedimientos de neuro-intervencionismo vascular.
Con independencia de los procedimientos comentados, en todos los pacientes con ictus (incluidos los hemorrágicos) es obligado el control del estado general, con el consiguiente soporte hemodinámico (sueros y fluidos parenterales), oximétrico (oxígeno, en los casos precisos) y nutricional (enteral o parenteral, según permita el estado clínico del paciente), así como el tratamiento de todas aquellas circunstancias que concurran en un caso dado (edema cerebral, arritmias cardiacas, infecciones intercurrentes, alteraciones iónicas, descompensaciones hiperglucémicas, etc.).
Superada la fase aguda (aunque es deseable iniciar durante la misma) entra en juego el tratamiento rehabilitador, a diseñar en función de las secuelas de cada paciente (logopedia en unos casos, rehabilitación de la marcha en otros, etc.). Este proceso puede prolongarse días, semanas o meses, en función de la situación de partida y los objetivos a alcanzar en un paciente dado.
Cómo prevenir un Ictus
El ictus es una patología que “se puede prevenir”. La prevención primaria, esto es, la que todos podemos hacer para minimizar nuestro riesgo personal de sufrir un ictus futuro, pasa por los siguientes consejos:
1) Llevar una dieta rica y saludable, baja en sal y grasas.
2) Realizar actividad física de forma regular.
3) Controlar el peso, la presión arterial y los niveles de colesterol y azúcar en sangre (y, en su caso, tratar de forma correcta).
4) Abandonar el tabaco y restringir el consumo de alcohol a niveles moderados.
5) Controlarse el pulso de forma regular y, caso de apreciarlo rápido o con palpitaciones en una situación de reposo, consultar al médico.
Las personas que ya han sufrido un ictus están obligadas a realizar una “prevención secundaria”, encaminada a minimizar el riego de recurrencias futuras. En este caso, aparte de las medidas de prevención primaria ya señaladas, es precisa la toma diaria de medicación (antiagregantes, anticoagulantes) y el control periódico en la consulta (examen clínico, control periódico de estado vascular con doppler de carótidas y/o transcraneal, análisis, etc.
Ha sido empleada en la medicina tradicional china para tratar problemas digestivos como náuseas, indigestión o estreñimiento. Otros usos tradicionales en los que se ha utilizado la naranja amarga son en la pérdida de peso, como supresor del apetito, tratamiento de afecciones cardiacas o prevención del cáncer.
Se emplea como remedio natural para diferentes afecciones como malas digestiones, salud cardiovascular, prevención de daño celular y cáncer o tratamiento del ictus. En infusión, combate los gases producidos por malas digestiones, estimula la digestión y el apetito. También es capaz de mejorar los dolores de cabeza y reducir las palpitaciones o la fiebre.
El aceite esencial del naranjo amargo (250 mg/kg, p.o.) y uno de sus principales componentes, el limoneno (245 mg/kg, p.o.) producen una casi total protección (99%). Este efecto gastroprotector se debe a un incremento de la producción de moco gástrico, sin interferir con la secreción de gastrina.
La administración de Citrus aurantium, de forma aislada o en combinación con otros ingredientes, ha demostrado incrementar el gasto metabólico en reposo, estimular la lipolisis y reducir el apetito. Todo ello sin incrementar la presión arterial o la frecuencia cardiaca.
El consumo de p-sinefrina en combinación con bioflavonoides también presentes en Citrus aurantium (naringina y hesperidina) potencia los efectos sobre la termogénesis.
Entre los grupos totonaco, zapoteco y mixe, se le utiliza en té contra la disentería. También se aprovecha en afecciones ginecológicas, como flujo vaginal, abortivo, conceptivo, para acelerar el parto, en baños para recuperación después del parto y contra la dismenorrea.
Asimismo se le emplea en enfermedades respiratorias como tos, resfriado, asma y garganta hinchada.
Cuando el propósito es la pérdida de peso se utilizan dosis de entre 5 y 50 mg/día, aunque existen estudios que han utilizado dosis mayores 80 mg/día, 100 mg/día, 120 mg/día sin efectos perjudiciales. Incluso existen estudios que utilizan dosis de 300 mg/día.
La concentración de sinefrina depende del estandarizado de Citrus aurantium pero de manera general 100-200 mg de Citrus aurantium proporciona entre 6 y 40 mg de p-sinefrina (la vida media en el torrente sanguíneo de la sinefrina es de 2-3 horas).
En ocasiones se ha relacionado el consumo de naranja amarga con algunos efectos secundarios como alteraciones de los parámetros cardiovasculares. La realidad es que el consumo de naranja amarga y su alcaloide natural p-sinefrina no presentan efectos secundarios sobre la presión arterial o la frecuencia cardiaca.
Aunque la asociación de Productos Herbales Americana clasifica a Citrus aurantium como permitido durante el embarazo si se emplea adecuadamente. De manera general, no se recomienda el consumo de naranja amarga o productos que lo contengan a mujeres embarazadas, en periodo de lactancia o niños.
ICTUS O DERRAME CEREBRAL *
Clave | Nombre |
6912 | AZAFRAN Raíz BSA. DE 060g |
6570 | CHIVO PEZ Raíz BSA. DE 060g |
6936 | MIRRA 2/a. Corteza BSA. DE 060g |
6795 | CHAGA Hongo BSA. DE 060g |
6618 | GINSENG INDIO Raíz BSA. DE 060g |
6696 | NARANJO AGRIO Hojas BSA. DE 060g |
Forma de prepararse | Poner todas las plantas por partes iguales en un frasco grande de preferencia de vidrio con tapa y capacidad de 1 litro. Rotularlo con la fórmula. Agitar para mezclar la fórmula Agregar el contenido de 1 cucharada sopera de la fórmula en 1 litro de agua purificada o de preferencia de manantial. Que hierva la preparación 10 minutos y colar |
Modo de uso de las plantas | 1.- Tomar como agua de uso |
Clave | Nombre |
2456 | ÁCIDO ASPÁRTICO con VITAMINA B-5 BSA. CON 060 |
2355 | SEMILLA DE UVA (Aceite de ) BSA. CON 060 |
2343 | AVENA Aceite con LECITINA DE SOYA BSA. CON 060 |
2471 | CONDROITINA BSA. CON 060 |
Uso sugerido | Tomar una cápsula de cada una, antes de cada alimento |
El naranjo agrio, se emplea como remedio natural para diferentes afecciones como malas digestiones, salud cardiovascular, prevención de daño celular y cáncer o tratamiento del ictus
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