Publicado por RADIO LA VOZ DEL ÁNGEL el 28 de Abril del 2020
Es necesario recordar que son muchísimas las sustancias y enfermedades que pueden conducir a una alteración hepática. Si el daño es puntual y limitado, el hígado es capaz de regenerarse.
No obstante, si existe una reincidencia, el hígado no consigue repararse, con lo cual se produce la cicatrización del mismo. Una vez que esto ocurre, el tejido cicatrizado es afuncional y desestructura el órgano, lo que puede llegar a generar un cuadro de cirrosis hepática.
Las causas más frecuentes de cirrosis son los daños derivados del etilismo crónico (consumo de alcohol de forma crónica), la esteatosis hepática (hígado graso) así como la infección por hepatitis C o B. En este sentido, por lo general, una cirrosis tarda más de 6 meses en desarrollarse una vez que aparece la afectación hepática.
El término »cirrosis» hace referencia a la deformación de la estructura hepática que aparece cuando una gran cantidad de tejido es sustituido de forma permanente por tejido cicatricial. Y este es incapaz de ejercer sus funciones.
Sin embargo, la adherencia adecuada al tratamiento y unos hábitos saludables pueden lograr una mejoría de los síntomas, con lo que el paciente puede llevar una vida normal. Cuando la cirrosis no es descubierta a tiempo, el pronóstico es menos favorable y aparecen con más frecuencia complicaciones como hemorragias y ascitis.
El diagnóstico de cirrosis se realiza a partir de la exploración física del paciente y de la sintomatología que presente el mismo. Asimismo, se evalúan los antecedentes clínicos y, en especial, aquellos factores de riesgo, como es el consumo de alcohol. A continuación, se pautan análisis de sangre para evaluar el hígado y demás valores.
Cabe destacar que la sensibilidad de estas pruebas es escasa, por lo que con frecuencia suelen dar resultados negativos. Por otra parte, en una analítica de sangre, si las transaminasas son elevadas, estas encaminan hacia una hepatitis.
A menudo durante la exploración física se detectan problemas que son consecuencia de la cirrosis, como por ejemplo:
•Aumento del tamaño del bazo.
•Hinchazón abdominal.
•Ictericia.
El hígado puede realizar sus funciones incluso contando con un 20% de su integridad total.
La valina pertenece a los 22 aminoácidos identificados como los componentes “básicos” de las proteínas; se identifica con el acrónimo “Val” y con la letra “V”. Este aminoácido no puede ser sintetizado por el cuerpo humano, por tanto, es catalogado en el grupo de los nueve aminoácidos esenciales para los humanos.
Aminoácido esencial ramificado empleado conjuntamente con otros similares en los tratamientos para el desarrollo muscular. Sus efectos, por tanto, son muy rápidos y decisivos, ya que se incorporan de manera inmediata a la estructura muscular, siempre y cuando guardemos las precauciones necesarias: emplearlos de manera aislada, sin mezclar con otros compuestos o aminoácidos que puedan dar lugar a competencias (esto incluye tomarlos alejados de las comidas) y para un efecto más intenso hay que realizar ejercicio muscular media hora después.
Al no necesitar la acción del hígado para su metabolismo este tipo de aminoácidos se comportan como una hormona anabolizante, aunque por supuesto sin ninguno de sus efectos secundarios.
Los alimentos ricos en valina ayudan a mantener el equilibrio de los compuestos nitrogenados en el cuerpo. Este equilibrio es esencial para la generación de energía a partir de las proteínas ingeridas, para el crecimiento del cuerpo y la cicatrización.
Su consumo previene daños en el hígado y la vesícula biliar, así como contribuye a la optimización de muchas funciones corporales.
Tiene un efecto relajante del sistema nervioso central que ayuda a mantener el equilibrio nervioso. Mantiene nuestra mente en buen estado, consigue una mayor relajación y disminuye la ansiedad, el nerviosismo, el estrés o la depresión.
Resulta necesario para mantener una buena salud del hígado y de la vesícula biliar al prevenir la degeneración de estos órganos por la aparición de enfermedades como la cirrosis, insuficiencia hepática, hígado graso o las piedras de la vesícula.
Participa en el equilibrio de los niveles de azúcar en la sangre, por lo que resulta de ayuda en la prevención de la diabetes.
Por razones obvias de coagulación no se recomienda consumirlos antes de someterse a la cirugía. Si te encuentras tomándolos, debes suspenderlos por lo menos 15 días antes de cualquier cirugía.
Se trata de uno de los macrominerales esenciales, es decir, debemos ingerir una cantidad superior de 100mg al día, junto al Calcio, Fósforo, Potasio, Cloruro, Sodio, y Azufre. Se da la circunstancia que además es el propio magnesio que regula la disposición de otros minerales.
No es únicamente un metal alcalinotérreo sino que también es un mineral para el cuerpo humano.
Debido a que el organismo no puede fabricar magnesio es necesario que se ingiera de forma regular.
El magnesio disuelve el calcio, por lo que son necesarios unos niveles de magnesio adecuados para la correcta absorción del calcio.
El magnesio pasa la vitamina D a su forma activa, por lo que ayuda a la absorción del calcio.
El magnesio regula el transporte de calcio. Estimula a la hormona Calcitocina, la cual ayuda a preservar la estructura del hueso, además de recoger el calcio en sangre para introducirlo en el hueso contribuyendo así a la prevención de algunas formas de artritis y piedras en el riñón. Inhibe la hormona Paratiroidea, ayudando a prevenir la rotura del hueso.
El magnesio desempeña funciones en el organismo como:
Mejorar el desempeño físico porque es importante para la contracción muscular;
Prevenir la osteoporosis porque ayuda a producir hormonas que aumentan la formación de hueso;
Ayuda a controlar la diabetes porque regula el transporte de azúcar;
Disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca ya que disminuye la acumulación de placas de grasa en los vasos sanguíneos;
Alivia la acidez y la mala digestión, especialmente cuando se utiliza en forma de hidróxido de magnesio;
Controla la presión arterial, especialmente en mujeres embarazadas con riesgo de eclampsia.
Tomar demasiado magnesio en forma de suplementos por nuestra cuenta puede tener efectos adversos como diarreas, náuseas y otras molestias digestivas. A dosis muy altas, puede tener efectos más graves, aunque no es habitual que suceda, pero sí que hay que extremar la precaución en pacientes renales y en niños.
ANGUSTIA
Clave | Nombre |
6580 | COLOMBO Raíz BSA. DE 060g |
6659 | LENTEJILLA Hoja C/T BSA. DE 060g |
6798 | VALERIANA BLANCA Raíz BSA. DE 060g |
6676 | MANO DE MONO Flor BSA. DE 060g |
6833 | CASTAÑAL BRAVO Hoja C/T BSA. DE 060g |
6733 | PIONÍA Raíz BSA. DE 060g |
Forma de prepararse | Poner todas las plantas por partes iguales en un frasco grande de preferencia de vidrio con tapa y capacidad de 1 litro. Rotularlo con la fórmula. Agitar para mezclar la fórmula Agregar el contenido de 1 cucharada sopera de la fórmula en 1 litro de agua purificada o de preferencia de manantial. Que hierva la preparación 10 minutos y colar |
Modo de uso de las plantas | 1.- Tomar después de cada alimento |
Clave | Nombre |
2467 | VALINA con MAGNESIO BSA. CON 060 |
2444 | LECITINA DE SOYA BSA. CON 060 |
2393 | COENZIMA Q-10 con VITAMINAS Y MINERALES BSA. CON 060 |
2398 | DAMIANA DE CALIFORNIA Aceite con CITRULINA BSA. CON 060 |
Uso sugerido | Tomar una cápsula de cada una, antes de cada alimento |
La combinación de valina con magnesio promueve una buena salud del hígado y de la vesícula biliar al prevenir la degeneración de estos órganos por la aparición de enfermedades como la cirrosis
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