Publicado por RADIO LA VOZ DEL ÁNGEL el 14 de Octubre del 2020
Un bebé que llora está tratando de decirte algo. Tu trabajo es averiguar por qué y qué puedes hacer al respecto, si hubiese algo por hacer.
Con el tiempo, es posible que puedas identificar las necesidades de tu bebé por la forma en que llora. Por ejemplo, un llanto de hambre puede ser corto y grave, mientras que un llanto de dolor puede ser un grito repentino, largo y agudo. Tomar conciencia de cualquier patrón puede ayudarte a responder mejor a los llantos de tu bebé.
Considera lo que tu bebé podría estar pensando mientras llora:
Tengo hambre. La mayoría de los recién nacidos comen cada pocas horas las 24 horas del día. El llanto es un signo tardío de que tiene hambre. Busca signos tempranos de hambre, como llevarse las manos a la boca y golpearse en los labios.
Quiero chupar algo. Para muchos bebés, chupar es una actividad reconfortante. Si tu bebé no tiene hambre, ofrécele un chupete o ayúdalo a encontrar un dedo o el pulgar.
Me siento solo. Sostén tranquilamente a tu bebé contra tu pecho. Las palmaditas suaves en la espalda también podrían calmar a un bebé que llora.
Estoy cansado. Los bebés cansados a menudo son quisquillosos; tu bebé podría necesitar dormir más de lo que tú piensas. Los recién nacidos a menudo duermen hasta 16 horas al día o más.
Un pañal mojado o sucio puede provocar el llanto. Revisa el pañal de tu bebé con frecuencia para asegurarte de que esté limpio y seco.
Quiero moverme. Algunas veces, mecer al bebé o hacer una caminata pueden calmar a un bebé que llora. O prueba colocar al bebé en un columpio para bebés o dar un paseo en automóvil.
Quisiera que me cubran. Algunos bebés se sienten más seguros cuando están tapados.
Tengo frío o calor. Agrega o quita una capa de ropa según sea necesario.
Demasiado ruido, movimiento o estímulos visuales también pueden hacer llorar al bebé. Ve a un ambiente más tranquilo o coloca al bebé en la cuna. El ruido blanco, como una grabación de las olas del mar o el sonido monótono de un ventilador eléctrico, puede ayudar a relajar al bebé cuando llora.
Una vez descartado que el niño necesite algo o esté enfermo, conviene racionar la atención que se ofrece al bebé que llora, de forma gradual y adecuada, para que el pequeño también aprenda a estar calmado y gestione los ratos en que no está con sus progenitores.
El llanto continuado de un bebé puede resultar desesperante para sus progenitores, sobre todo si son primerizos. El hecho de que el niño no pueda expresar con palabras lo que le ocurre y qué necesita provoca en los padres incertidumbre y nerviosismo.
El llanto de un bebé no siempre está relacionado con el hecho de que esté enfermo. En muchas ocasiones está asociado a la necesidad del contacto piel con piel. Por ello, no hay que tener miedo a tomarer a los niños en brazos por la idea de que se mal acostumbran, el apego es importante en cualquier etapa de la vida de una persona y fundamental en este periodo. La mayor parte de los bebés cuando tienen sueño, se tranquilizan al cogerles en brazos y acunarles, o con los movimientos rítmicos, si bien, muchos solo requieren contacto y sensación de seguridad. Hay bebés que se relajan con la succión, por lo que al iniciar una toma de pecho se quedan tranquilos. El llanto también podría deberse a que el niño ha ensuciado pañal. Pero, si cubiertas todas sus necesidades, el bebé sigue llorando, es el momento de buscar consejo en el Pediatra.
Una de las causas habituales del llanto del bebé son los cólicos del lactante. El niño llora sin interrupción y no se le puede consolar. Suelen producirse en las últimas horas de la tarde y la madrugada por inmadurez del tubo digestivo; son característicos en los primeros 4 meses de vida y no hay un tratamiento específico cuando se producen, excepto pautas preventivas, como los masajes para evitar los gases. Las causas pueden ser la descoordinación del movimiento intestinal, alteraciones de la flora intestinal o inmadurez neurológica. Estos llantos pueden llegar a ser desesperantes hasta para los padres con más aplomo del mundo. Cuando se producen estas situaciones, es importante comentarlo con el pediatra para que nos confirme el diagnóstico y sepamos cómo y cuándo distinguirlo de otro problema de carácter médico que pueda presentar el bebé.
El llanto prolongado de un bebé puede superar a sus progenitores en un momento dado. Cuando esto ocurre, es preferible un cambio de manos y oxigenar la mente. Tampoco debe hacernos sentir mal, pedir ayuda o un relevo. La crianza puede llegar a ser agotadora y es importante que el cuidador también tenga sus momentos de descanso para poder estar en las mejores condiciones cuando se vuelva a retomar la tarea. Ante todo, nunca se debe agitar o zarandear al bebé, por muy desesperado que se esté. Si la situación te supera, no puedes más y no tienes quien te releve, no pasa nada porque le dejes unos minutos en su cuna llorando, sin perderle de vista, mientras respiras profundo unas cuantas veces.
Tiene actividad analgésica y descongestionante. El uso tradicional indica que la cocción de las partes aéreas ayuda en los cólicos digestivos y menstruales mientras que la infusión se usa para la diarrea; la cocción de las hojas y tallos, como antipsicótico y tusígeno; su aceite, como descongestionante de las vías aéreas.
La cocción de las hojas suele utilizarse para dar baños en general. Aunque también se aconseja ingerirla o en frotación, con la finalidad de bajar la calentura y quitar escalofríos.
Se aconseja su uso en cólico de niños, flatulencia y para eliminar la frialdad; en dolor de cabeza, espasmo, latido y para el aire.
El anís también contiene compuestos químicos, dianetol y fotoanetol, similares a la hormona femenina estrógeno; esto justifica el uso tradicional del anís durante el periodo de lactancia.
La infusión, es muy utilizada para el dolor de estomago, cólicos y empacho, se reposan las ramas y se toma el mate hasta sentir mejoría. También se puede hervir en licor juntamente con “culantro” seco, este preparado tomar al instante. También es muy usado en la sierra peruana para tratar la diarrea producida por frío, en ventosidad (mal del viento) y para el mal aliento mastican las hojas en ayunas.
Preparación: cocimiento suave.
Modo de uso; oral.
Dosificación: hervir durante 2 a 4 minutos, de 10 a 15 gramos de planta en tres litros de agua, colar y beber 4 veces al día, durante un periodo de 15 a 20 días.
Regularmente no se presentan efectos secundarios, pero puede causar irritación en la piel a las personas que son sensibles a la especie.
PESO BAJO *
Clave | Nombre |
6825 | BETABEL Raíz BSA. DE 060g |
6629 | GUASIMA Semilla BSA. DE 060g |
6668 | MACA PERUANA Raíz BSA. DE 060g |
6975 | BIOSTEVIA ORGANICA BSA. DE 060g |
6772 | TÉ NEGRO MEXICANO Hoja C/T. BSA. DE 060g |
6533 | ANÍS DE MONTE Hoja C/T BSA. DE 060g |
Forma de prepararse | Poner todas las plantas por partes iguales en un frasco grande de preferencia de vidrio con tapa y capacidad de 1 litro. Rotularlo con la fórmula. Agitar para mezclar la fórmula Agregar el contenido de 1 cucharada sopera de la fórmula en 1 litro de agua purificada o de preferencia de manantial. Que hierva la preparación 10 minutos y colar |
Modo de uso de las plantas | 1.- Tomar después de cada alimento |
Clave | Nombre |
2499 | QUINUA Y HIERRO 60 Cáps |
2506 | ACAÍ Fruto BSA. CON 060 |
2328 | PROLINA con CORAL BSA. CON 060 |
2370 | TIBURÓN (Cartílago de) BSA. CON 060 |
Uso sugerido | Tomar una cápsula de cada una, antes de cada alimento |
La infusión de anís de monte, es muy utilizada para el dolor de estomago, cólicos y empacho, se reposan las ramas y se toma el mate hasta sentir mejoría, excelente para casos de cólicos en bebes.
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